jueves, 17 de noviembre de 2011

Quetzaltenango - Chichicastenango - Guatemala City

10 Noviembre 2011

Hoy el día va a ser duro y largo. Debemos ponernos en ruta temprano porque a las 10.00h hemos quedado con Delia (nuestra guía) en la gasolinera de entrada de Chichicastenango. Así que nos disponemos a desayunar muy pronto y a acoplar nuevamente las maletas en las motos.


Hoy será el último día sobre las motos, y curiosamente ya hemos pillado el truquillo para acoplar perfectamente el equipaje, o sea que nos hace falta más tiempo para disfrutar en moto, pero creo que será en un próximo viaje (Me ha venido un tufillo que el próximo viaje en moto será Italia, concretamente Toscana y Reggio Emilia).


Así que salimos del hotel las cumbres (cercado con valla electrificada) despues de despedirnos de unos supporters aparecidos a última hora y que a continuación os mostramos. Con bastante modestia me atrevo a decir que despertamos cierto interes por los lugareños donde quiera que vamos. Quizás sea porque el rollo motero siempre cae bien en todos sitios, o porque siempre damos un toque de diversión y cachondeo a todo lo que nos pasa, e insistiendo en la modestia creo que atrae bastante, pues la risa, el vacile, las paridas y las caritas que ponemos siempres da mucho juego con todas las personas con las que tratamos, que dicho sea de paso, siendo tan tímidas y reservadas, solo se echan para delante tras una iniciativa nuestra para entablar conversación con ellos.


La carretera hasta Chichi (como localmente se le llama a chichicastenango), pasa por volver gran parte de la panamericana que ya habíamos hecho y desviarse en Los Encuentros, auténtico pueblo donde convergen los autobuses (que me he tomado la licencia de llamarles guaguas) desde distintas partes del pais, y que se transforma en un hervidero de gentes y sobre todo vehículos. Muchas de estas vivencias y pueblos las mostraremos en esta Web en modo video cuando lleguemos a España.

En este caso, con un día fantástico, desde el retrovisor de mi moto, veo como Pilu graba en video gran parte del tramo de panamericana que hacemos.

Con este día pasamos auténticos kilómetros divertidos. Volvemos a pasar por los 3.015 metros de altitud. Durante esta ruta hemos vuelto a ver conductores 'cabezones' por la izquierda, conductores de guaguas 'trallados de la cabeza', y peatones inconscientes que atraviesan por doquier tan transitada carretera.




Es más para dirigirnos a Chichi, en Los encuentros debemos cruzar la mediana para desviarnos pero el caos existente y la 'supuesta vigilancia' de varias patrullas de policia, nos obligan a dar la vuelta algún kilómetro más abajo donde hacemos una pequeña parada. Nos permite ver como nos saludan varias BMW R1200gs como las nuestras que se disponen a asistir a la concentración de BMW en Panajachel.


Una vez damos la vuelta podemos observar como en una subida de la panamericana, las guaguas suben 'folladas' y poco les falta para ponerse en 2 ruedas. Desde El Encuentro hasta chichi la carretera tiene 4 km suaves pasando por pueblos y 'tumultos de esos' y antes de llegar a chichi aparecen una treintena de curvas estupendas para tumbar. En una de ellas a izquierdas subiendo, vimos la guagua casi encima, pero corregirmos a tiempo.




En la entrada de chichi, paramos en la gasolinera pero Delia no estaba. La llamamos y estaba esperándonos en la siguiente gasolinera (por un momento pensé que chichi era un gran urbe, pero ni de coña!!!, es un pueblín de ná !!). Nos esperaba con su humor y cariño. En guatemalteco tiene otro significado (moteros = drogatas).Nos da alegria ver de nuevo a Delia, que lo organiza de tal manera que podemos parquear las motos en el parque del hotel santo tomas. Un precioso hotel que encerrado en una cuadra (así se les llama a las manzanas urbanas) no da la sensacion de ser tan bonito como cuando lo exploras por dentro.


Dejamos las motos, el equipaje las cazadoras y los cascos (Pilu tengo una foto que tu ya sabes!! jajaja) para movernos a nuestro gusto por la pequeña manhatan guatemalteca (es coña, nos ha jodido!!). Justo enfrente del hotel tenemos el mercado tan famoso de chichi.




Antes de disponernos a enfrentarnos con cientos y cientos de puestos de ropa, fruta, cachibaches, etc, pasamos por dentro del hotel, donde podemos observar el esplendor del mismo y su fantástico jardín interior donde un grupo de loros no paran de 'radiar' (al principio mola escucharles, pero cuando llevas un rato te dan ganas de asesinarlos). Al parecer según nos dice Delia, el dejar las motos en el parqueo está 'supeditado' a comer o tomar un aperitivo en el hotel.





A medida que nos adentramos en el mercado de la mano de Delia, observamos miles y miles de artículos en cientos de puestos ambulantes. Recabamos en el mercado de las frutas y verduras que está casi camuflado entre todos los puestecitos. Al salir, en un puesto probamos los plátanos locales y la sandia. Están para morirse (de buenos eh!!).
Continuamos mirando con curiosidad el mercado, pero Delia nos conduce calle abajo hacia el cementerio de Chichi.




El que escribe no tiene precisamente devoción por estos lugares, pero en este caso, nada parecido con lo que hasta la fecha conoce como cementerios estandar (dejando fuera los americanos y judíos) ya que un aire de absoluta normalidad envuelve este lugar que hasta este momento me habia parecideo tan sagrado. Pués bien, se pueden apreciar tumbas y panteones de multiples colores, con la parafernalia y casuística del lugar. Pero lo más interesante son los rituales que esperabamos encontranos y que así sucedió.


Encontramos hacia el final del cementerio a 3 chamanes haciendo ritos de 'limpieza'. En el primero de ellos, os juro que el chamán (llamémosle Chamán Number One) parecía un pavo con un pedo de colores, con una pseudo lata cogida con una cuerda y lanzándola tal botafumeiro de la catedral de Santiago de Compostela. Trataba al parece a un 'golfus de roma' local que al parece le daba bastante al alpiste. Allí estaba él, la sufridora y parecía tambien su madre presenciando el rito. Tomamos todas cuantas fotos nos parecía, por supuesto.



Casi al final de todo aparecían otros chamanes haciendo 2 ritos. El 'Chaman Number Two', que tenia el pañuelo de San Fermín en la Cabeza, pantalones lacoste y el movil a modo de riñonera, hacía una 'limpia' a una familia entera. Uno por uno, Chamán Number Two, les pone enfrente de si y se echa un trago de alcohol y sin mediar palabra, les mete un escupiñajo enfrente de la cara como si de un manguerazo se tratase. Parece que les bendice, pero coño, este hombre no tenía una mejor manera de bendecirles que soltarles un 'fogonazo' bucal de alcohol?. Por supuesto todo esto sobre unas centros con fuegos, velas y demas artilugios.




El Chaman Number Three, que en lugar de pañuelo de san fermin parece lo tenga de burberrys apenas hace algún rito que mejore en parafernalia a los anteriores. Una vez nos retiramos y pasamos por delante de Chamán Number One vemos como tiene delante de sí al 'pimplao' agachado con la camiseta levantada mientras Number One le pega con unas hierbas sobre la espalda, observando atónitos como el 'pimplao' se descojonaba de risa mirándonos!!!. En fín, me imaginaba unos chamanes algo más ancestrales y llenos de misterio.

Una vez de vuelta, encontramos unos puestos de antiguedades donde las chicas 'se volvieron  locasssss'. Dios mío aquello parecía las abejas sobre las flores. Querían comprárselo todo!!. Y donde lo llevamos queridas?? Venimos en moto!!. Pues bién, si, si lo compraron y si nos lo llevamos. La peor parte para JuanCar y María que se pillaron una imagen religiosa para Guareña (ya hablaremos de esto), el resto fueron unas máscaras mayas muy bonitas.



Antes de volver al hotel, visitamos la iglesia de chichi, levantada sobre un antiguo templo Maya. Tal es así que es la única iglesia católica que permite ritos Mayas. Allí al salir me encontré con 'Number One'. Les compramos a unas niñas unos muñecos guatemaltecos pero lo que me llego muy adentro fueron varios niños y niñas que nos pidieron dinero por que tenían hambre. Eso me derrumba. Les di algún dolar para que pudiesen al menos saciar sus ganas de comer.


Comimos todos juntos para finalizar tempranito y despedirnos con pena de Delia. No queremos llegar tarde a Guatemala City porque se montan unos 'pollos impresionantes de tráfico'. Apuramos un poco el ritmo pero con tantas y tantas obras no podemos hacer otra cosa que no sea llegar de noche y tragarnos el monumental atasco que se produce al parecer todos los días sobre estas horas en la ciudad. Creerme, 'es infumable'. Y eso que nosotros en moto, hicimos lo indecible por esquivar coches, meternos por sitios muy muy estrechos y esquivar a algún hijo d. .. .ran ..ta!! que no nos dejaba meter la moto.


Una vez llegamos al hotel, decidimos volver a Cenar en el mismo restaurante (Hacienda Real), donde nos trataron igual de bien y los camareros ya nos hacían bromas. JuanCar no pudo asistir por tener una cena de trabajo. Como colofón incluso nos acercó al hotel un camarero del restaurante en su propio coche. Fin Etapa